El 18 de octubre del 2017, un día después de la “aparición de un cuerpo”, que se presumía era el de Santiago Maldonado, a más de 70 días de su desaparición y luego de distintas operaciones político-mediáticas de disuasión, manipulación y tergiversación, y de cacerías y represiones a quienes reclamaban por su aparición (que anticiparon incluso en su modus operandi las represiones a las manifestaciones del diciembre último), abrimos un espacio en nuestra cátedra de Sociología de Diseño de Imagen y Sonido (FADU/UBA), luego de la clase teórica, para expresar nuestro posicionamiento, escuchar el de lxs alumnxs e intercambiar perspectivas con ellxs. He aquí un desgrabado de aquella jornada, de la que sólo quedó registrado el exordio de un debate que luego continuó, no sólo en ese aula, en los pasillos y en las distintas comisiones, sino que sigue estando abierto, como un asunto pendiente en cuya resolución se pone en juego gran parte del destino político de nuestro tiempo. Léase, entonces, el estado de consternación y afectación colectiva que en estas palabras se expresa, como parte de un estado de reflexión/acción que debe actualizarse, desplegarse, devenir programa de lucha.
Lior Zylberman: En los últimos minutos del teórico queríamos, toda la cátedra, charlar un poco sobre la situación en torno a la desaparición de Santiago Maldonado.
Sebastián Russo: Nos parecía importante convocar a todas y todos los integrantes de la cátedra, para como mínimo enunciar y visibilizar nuestra posición ante ustedes. Estamos en estado de preocupación y de alerta, el mismo en el cual se encuentra nuestro país en estos momentos. Puede sonar excesivo, pero efectivamente, las condiciones de Estado de derecho están hoy seriamente comprometidas en el marco de una situación que se ha extendido de modo dramático, como es el hallazgo del cuerpo de Santiago Maldonado. Se plantean dudas desde los ámbitos estatales, pero de lo que nosotros no tenemos ninguna duda, como cátedra, es sobre una posición firme de evidenciación de las inadmisibles manipulaciones informativas que ha habido, de los desentendimientos en término de las obligaciones y los derechos de un Estado democrático. La historia argentina tiene una larga tradición de luchas populares, de luchas por los derechos humanos, que lejos de haberse aplacado, deben ser mantenidas en alto ante situaciones de ignominia y desprecio por la vida humana. Hemos sufrido, como cuerpo social, muertes, torturas y desapariciones. Y esto no puede volver a pasar. Se ha dicho “Nunca más”. Y esta frase no puede ser dilapidada como si nada. De este modo, la cátedra quería expresarse en este sentido, que nos sentimos como la gran mayoría del pueblo argentino en este momento, angustiados, pero a la vez alertas, a realizar la acción que haya que realizar. Convocando también a sus alumnos y alumnas, no sólo a la reflexión conjunta, sino también a mantener el estado de movilización, escuchando para ello no sólo a la familia de Santiago Maldonado, sino a las organizaciones que han sido rectoras de nuestra vida democrática, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Diego Ezequiel Litvinoff: Me sumo a lo que comentaba Sebastián. Hay una frase que se solía repetir cuando se manifestaba repudiando la desaparición de Santiago, que decía “Si Santiago pudo desaparecer, nos puede pasar a cualquiera”. Esta es una frase que me inquieta, porque no se ajusta del todo a lo que acontece. La desaparición de Santiago Maldonado es algo que efectivamente nos sucede a todos nosotros. Y, en este sentido, esta aparición (desde ayer, se repite “apareció un cuerpo”) es un dato político que nos concierne. No porque nos podría suceder, sino porque es algo que efectivamente nos sucede. Hay una pregunta inmediata que es “¿quién es ese cuerpo?, ¿quién es esa persona?”. Pero ese acontecimiento político nos debe llevar a pensar cuál es nuestra relación con el cuerpo, cuál es la relación de nuestro cuerpo con la política. No podía dejar de observar durante la clase sus cuerpos de estudiantes, cuerpos en cierta disposición, que nosotros muchas veces cuestionamos desde la teoría crítica del espectáculo, cuerpos cansados, automatizados. Y, ante acontecimientos como los que nos están sucediendo (esta aparición de un cuerpo, que nos preguntamos quién es), también tenemos que preguntarnos en qué medida este cuerpo que aparece, que no pudieron desaparecer como han desaparecido a otros, nos tiene que involucrar en la pregunta por nuestro propio cuerpo, nuestro propio compromiso físico con la política. En este sentido, esta aparición de un cuerpo, que será Santiago Maldonado, también será un cuerpo que nos atraviese y deba reconfigurarnos a cada uno de nosotros. Por eso, si bien tenemos cierta institucionalidad que respetamos, también estamos abiertos y dispuestos a escuchar alternativas, formas de expresión, de manifestación física, política, discursiva, que nos interesaría poder llevar adelante. No sabemos del todo cómo, les transmitimos esta sensación que nos atraviesa a nosotros también como cuerpo político. Así que, por eso, invitamos a que tomen la palabra, se manifiesten y cuenten de qué manera esto que está sucediendo los afecta.
Estudiante: ¿ustedes qué creen que pasó?
Russo: Nuestra posición no es meramente retórica y formal, aunque estemos aquí parados, de saco y con micrófono en mano, sino que tiene que ver con un principio de recaudo y cautela con respecto a los acontecimientos. Tenemos nuestras sospechas, especulaciones. Lo que sí sabemos es que, como ciudadanía, como grupalidad, tenemos que estar atentos. No podemos permitir que haya desaparecidos en nuestro país y recuperando lo que planteaba el profesor, eso nos tiene que convocar a una reflexión y una afectación de nuestras propias corporalidades, mantener nuestros cuerpos en acción. Justamente, la política se hace con cuerpos, sobre cuerpos y contra cuerpos. Sería incorrecto explicitar nuestras especulaciones. Pero si entendemos que debemos estar aquí, frente a ustedes, junto a ustedes, evidenciando nuestra angustia y preocupación, es porque entendemos que el gobierno nacional no ha hecho lo suficiente, o peor aún, que ha realizado acciones, declaraciones cuestionables, que derivaron en dilatar y manipular el caso. Tenemos muchas sospechas. No podemos olvidar que estamos a cuatro o cinco días de las elecciones, toda una serie de circunstancias que hacen que todo sea oscuro y perverso. Pero no creo que podamos decir lo que ha sucedido. Lo que sí sabemos, lo que sí ha sucedido, es que ha desaparecido un cuerpo, que ha estado 78 días desaparecido, que ha habido muchas dificultades para incluso poder expresarse. De hecho hubo dos grandes marchas, una con una represión feroz, con personas detenidas, golpeadas, vejadas. Eso sí sabemos que ha sucedido y como marco de toda esta situación. Eso es lo que nos tiene que estar llamando a un estado de reflexión, preocupación y acción colectiva.
Zylberman: Yo quiero destacar o comentar dos cosas. Primero, reflexionar sobre el lugar, el rol, que tuvieron, que desempeñaron los medios. O sea, no solamente el gobierno sino los medios, como decíamos antes, desde dudar si Santiago Maldonado estuvo ahí o no, incluso hasta responsabilizarlo por su propia desaparición. Recordarán en un primer momento, los diferentes perfiles, me refiero a quién era o quién es esta persona, que de alguna forma se terminaba responsabilizando a él por su propia desaparición. Pero creo yo que también hay que colocar esta desaparición dentro de un contexto más amplio. Un poco lo que hablábamos recién, en torno a la creciente violencia que lleva el neoliberalismo o que de alguna forma el modelo neoliberal cierra con violencia. El caso de Santiago Maldonado tuvo su resonancia mediática, pero en los últimos meses, también ha habido diferentes casos de violencia. La policía entrando a comedores infantiles, represiones en marchas, incluso las detenciones arbitrarias en las calles. Todo eso forma parte también de una violencia institucional, de la que el Estado también es responsable y se mira para otro lado. Y luego de años y años de lucha, poder salir a la calle sin documento, parece una tontería, fue algo que costó años y luchas y sangre. Y volver a transitar por la calle y que alguien pida un documento y pregunte “¿quién sos?” es un signo también de esta violencia incipiente e institucional del Estado que es justamente responsable. Entonces, también creo yo que la desaparición de Santiago Maldonado hay que pensarla dentro de ese contexto, que, en última instancia, quizás, puede parecer un hecho aislado, pero no lo es y forma parte de una lógica institucional.
Lola Sasturain: Algo que quería agregar es que me parece muy importante que esto también los interpele como comunicadores sociales, que lo usen como ejemplo de lo que no hay que hacer. Hay que ser responsable, siempre que haya un cadáver, hay un muerto, alguien que lo llora, alguien que tiene la esperanza de que no sea él o alguien que no sabe dónde está esa persona. Sea o no sea Santiago, no se puede tratar, con esta liviandad y estos obvios fines de manipulación, la aparición de un cuerpo. No puede ser festejo de algunos y desgracia de otros. No pueden “hacer aparecer un cuerpo” cuando más les conviene. Es siniestro. Les pido, como comunicadores, que siempre, pero siempre, se cuestionen a qué estructura de poder están siendo funcionales a la hora de producir sus imágenes, qué discurso están avalando y qué discursos quedan tapados por avalar ése. Muchísima gente sólo mira televisión y tapas de revistas, nada más y ese consumo express de la información es una herramienta de manipulación enorme. Mucha gente cree que está informada y que está expresando una opinión y en realidad, está reproduciendo lo que dos o tres medios le muestran. Y ustedes van a crear esas imágenes en el futuro, así que, por favor, sean conscientes de la responsabilidad que tienen.
Ese día, además de los integrantes de la cátedra que tomaron la palabra (Lior Zylberman, Sebastián Russo, Diego Ezequiel Litvinoff y Lola Sasturain), participaron de la presentación Sofía Rozenwurcel, Tamara Ciai, Ariel Adler y Guadalupe Sierra.
Por Cátedra Sociología (DIyS/FADU/UBA)
Fotografía: M.A.F.I.A.