El trapo bostero
que guarda tu cajón
es un primitivo calendario
de lectura compleja.
Data de tu infancia
(¿82 al 92?)
cuando la casita prefabricada
en la que vivías
todavía estaba de pie
y lucía en su exterior
los dos clavitos
que la exponían
como una obra de arte.
Ya en tu adolescencia
una pequeña revolución barrial
se lo apropió
dando inicio
a largos peregrinajes
de los que fuiste devoto.
Lo llevabas siempre en tus hombros
y en comunión
lo agitaban
con extáticos cantos al sol.
Antes del registro histórico
le rezaron a la nona
para que zurciera
con sus manos artesanas
un aviso temprano de desintegración.

Paño de hilos rasgados
con manchas de vino
olor a sangre
amenaza en símbolos
que no supimos comprender.
Con el lienzo restaurado
cruzaste la medianera
y gritaste
¡FOTO!
Estábamos todos los primos
porque era nochebuena
y dejamos de chivar
para sonreír a su lado.
Te arremangaste la camisa
y anudaste la bandera a tu muñeca
tiraste tres tiros al cielo
que estampaste con pólvora
brillando entre la B y la J
como una marca temporal.
Gritamos al unísono
y sin saberlo compartimos
el mismo deseo por última vez:
Boca campión
Boca campión
Boca campión.

Por Aldana Antoni

Poeta. Diseñadora, editora y fotógrafa