Hay emergencia,

nos ataca un virus nefasto,

llamado patriarcado

-aún no encuentran cura-

Esto es urgente.

Cuando la urgencia no trata de lo intangible, más bien de lo invisible, sentenciadas quedamos a la muerte, sin juicio alguno. Siempre hay un testigo, pero nunca habla, se hace tarde y estoy tratando de escribir. Intentando entender por qué nos pasa esto, por qué tenemos el don de dar vida y la desdicha de una muerte anunciada, que cada dia se hace más numerosa.

Hace un tiempo atrás, una persona a la que amaba mucho, me hizo sentir ese dolor del que tanto nombran. Y yo también creí que se le iba a pasar, hasta que intentó lastimarme de la peor forma, pero tuve suerte, y hoy puedo contarlo, con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos, miro a mi hijo, que también es su hijo y entiendo muchas cosas, me duele. Eso fue una de las peores vivencias que pasamos y digo pasamos porque lo pasamos juntos. Inevitablemente esas personas debilitan y perturban tu sistema cognitivo, con solo ver como se le agrandan retina de los ojos por la ira en su mirada; por suerte ya pasaron muchos años y hoy solo su condena es que su hijo no quiera verlo casi nunca.

La justicia no hizo nada, más que archivar 19 denuncias;

Yo estoy bien, debería decir, pero no, cada vez que pasa esto se me vienen los recuerdos y revivo cada uno de esos momentos y esas noches y todos esos días, que se sienten interminables y lo único que podés percibir es la muerte que te roza todo el tiempo, que te ama, y que te odia, que no lo hara nunca mas, pero lo hace siempre, la única condena es la palabra, contar, hablar, no callar, decir la verdad.

Hoy somos muchas las que podemos ser voz de las que ya no pueden, alentando a las que están pasando por estas situaciones.

La cuarentena

en estos casos

se expande

y este virus

avanza.

Cuando estás asintomática,

nadie se preocupa,

pero cuando los síntomas

se hacen visibles,

te derivan a la muerte segura,

donde nadie puede verte,

donde nunca nadie vio.

Analía Delgado

Fotografìa: M.A.F.I.A.